Robregordo. Ven y disfruta.

Un entorno de gran valor

Uno de los tesoros de Robregordo es, sin duda, el entorno natural que rodea el municipio. Es tal la valía ambiental de nuestro municipio que buena parte del término se encuentra protegida, estando incluida dentro de la Zona de Especial Conservación (ZEC) “Cuenca del río Lozoya y Sierra Norte”, que forma parte de la Red Natura 2000.

La Red Natura 2000 es una extensa “red ecológica”, configurada a nivel europeo, que tiene por objeto proteger y asegurar la conservación de las zonas con mayor biodiversidad de la Unión Europea. Son dos los tipos de espacios que conforman esta red europea: las Zonas de Especial Conservación (ZEC) y las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA).

Entre otros enclaves, algunas de las zonas de mayor valor están en las partes más altas del término, incluidas dentro de los Montes Carpetanos. Esta línea de cumbres, que se inicia o finaliza en nuestro municipio, marca la divisoria entre la Comunidad de Madrid y la provincia de Segovia, extendiéndose desde el Collado de Quebrantaherraduras, justo al norte del Macizo de Peñalara, hasta el puerto de Somosierra, a lo largo de unos 50 km de longitud. A pesar de estar mucho menos frecuentadas que otros lugares de la Sierra de Guadarrama, estas altas cumbres esconden paisajes y enclaves de auténtica belleza, que bien merecen una visita.

Las cumbres y las zonas más altas están ocupadas por densos piornales y cambronales, con pastizales en los que se alimentan el ganado durante buena parte del año. Desde mediados de mayo estos enclaves lucen sus mejores galas, coincidiendo con la vistosa floración de estos arbustos.

Más abajo se extienden frondosos pinares de pinos silvestres (Pinus sylvestris), quizás la especie de árbol más característica y representativa de la Sierra de Guadarrama. Al igual que otros bosques, tienen un incalculable valor y su conservación es de vital importancia.

Pero si hay una formación vegetal que sobresale en nuestro municipio, esa es la magnífica acebeda de Robregordo. En la cabecera del río Madarquillos, que ha labrado un estrecho valle, aparecen varios rodales de acebos en una ladera con orientación norte. Se trata de un bosque muy singular, único en la Comunidad de Madrid y de gran valor ambiental. A los acebos les acompañan otras especies, como robles melojos, cerezos, serbales, abedules y tilos, especies más frecuentes en latitudes más septentrionales. Un dato curioso y quizás desconocido es la utilidad de los acebos como protección para el ganado, sirviendo en ocasiones estas frondosas formaciones de acebos como “corrales” en los que guardar al ganado.

Nuestro casco urbano también conforma parte del paisaje y de nuestro entorno, estando integrado en el medio. Está constituido por viviendas rurales y construcciones agropecuarias, fundamentalmente. Se trata de edificios de mampostería irregular, a veces enfoscada y a veces vista, con dinteles y jambas de madera de roble, aprovechando los materiales y recursos de la zona.

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